Reuniones de secundaria

Repasemos mi etapa de secundaria:


Yo era un niño con un promedio super chingón de la primaria que fue inscrito en la Escuela Secundaria Técnica número 8, Guillermo González Camarena.

¿Cómo fue?

Bueno, de la turbo-chingada es una excelente descripción. ¿Por qué?

Charlaba con Germain (estuvo conmigo todo un año en tercero creo, apenas ando dimensionando que el era en realidad, buena onda, pero mi inseguridad me impedía relacionarme demasiado bien con las personas... espera... y ¿si era así?... veamos) y recordaba el pinche infierno de la secu.

Bueno, era gordito ... gordito + secundaria + poca habilidad verbal = fracaso-social-total-catastrofico.

Súmale la ley de la selva no escrita en ambientes escolares públicos y tienes ahí un ambiente medio raro, pooota aparte la pubertad... no no que pinche horror.

Bueno, no hice click con la gran mayoría por que: No me gustaba el fútbol. Hoy en día le tengo una reticencia medio cabrona. (Le voy al América por cierto a veces no más por chingar).

Y bueno en algún lugar estaba escrito que para ser un mediano éxito social necesitabas saber de futbol, transferencias, estadísticas, alineaciones, no sé. Pendejadas por ese estilo.

¿Que sabía yo de futbol? Básicamente nada.

Bueno olvídate de socializar por ahí.

Capacidades para alburear... chingao, las desarrolle a lo cabrón a nivel licenciatura, o sea siempre hago las cosas al revés. Entonces pues no, tampoco.

Tampoco era un malandro futuro-guarura entonces pues, por físico no apantallaba.

Aunque pensando las cosas con cuidado, el navegar con bandera de pendejo o simular un ligero retraso mental me ayudó: jamás recibí una madriza.

Escuché de un güey que terminó en el hospital de una pamba legendaria que le propinaron a la hora del "receso", a otro cabron le pusieron Vaporub en los ojos cuando iba cruzando una avenida (se lo cargó la chingada cuando lo embistió un pinche coche), a otro pobre güey lo agararon a tubazos afuera del plantel. Y de hecho creo que alguna vez me cagué (literalmente) en los pantalones. Hubo un caso en el que a un profesor le dieron cuello por acoso sexual a una alumna (que hasta el día de hoy queda la ambigüedad pero creo que era ella la que estaba medio tocadiscos).


¿Oye que pedo con el nivel de violencia de la secu? En palabras de Germain: "Salimos de un lugar muy cabrón"

Casi unos 10 años más tarde empezaron las reuniones de los vatos de la secu.

Bueno algo me queda claro

Seguimos siendo la misma basura que éramos en la secundaria.

En esencia mis chistes siguen sin pegar y sigo sin establecer con ellos un vínculo así que digas "ah que pinche gusto me da verte", más bien es de "ah cabrón, como que de ti no me acuerdo".

¿Por qué?

Quien sabe. Ya no traigo la inseguridad que me cargaba en la secu. Por el contrario me volví medio cabrón.

Las reuniones empezaron a raíz del cumple de uno de ellos. Se empezaron a juntar. Sólo fui a la primera reunión. Las demás fiestas asumo que se convirtieron en pretexto de peda. No lo veo mal. Claro que nos hemos ido de borrachitos...

Tiene mucho sentido irme a empedar a casa de un güey que apenas recuerdo y platicar con vatos con los que nunca hice click tomando bacardi...

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Medio charlando con ellos he descubierto en una muestra que:

La compañera de Nombre F. F. es la misma mamila pusilanime de siempre. Con el plus de que vive en condesa (y ha de tener logros académicos muy cabrones para tener una actitud medio fresa-especial, de otro modo es perfectamente pendejeable como todos los demás).

La compañera A.R. sigue siendo la misma persona buena onda que cuando la conocí.

Se acuerdan de mí los que no pensé que se acordarían de mí como la srita A. G. Y los que eran mis "amigos" tienen actitudes medio raras. (Resulta que C.C. me odia).


No obstante asalta a mi recuerdo otros con los que llegue a llevarme bastante bien. Bueno ni se han parado a dichas reuniones... Noto un patrón. A la mejor éramos los alienados o yo soy un amargado o algo así (ó bola de amargados).

Creo que fueron de los 3 años más chafas de mi vida. No sólo en el ámbito académico sino en el personal, marcado por un crecimiento no sólo muy pobre de amistades sino, superfluo.

El carácter insípido de la secundaria es diametralmente distinto al que experimente en la Vocacional 4 (tema extenso de otro post).

Lo que sí tengo que decir es que Germain cuando me platicó de algunas adversidades medio rudas que tuvo. Pues... no sólo se ganó mi respeto sino que me transmitió una importantísima lección de humildad.

Al parecer creo que cesaron las reuniones ya que la mayoría no trabaja (y los que trabajan la mayoría no va).

Así pues, igual y se le da carpetazo a este asunto otra vez. Estos asuntos de mirar al pasado sirven para que uno aprenda de sus errores (Aunque como diría Chávez Lima: uno peca de las mismas pendejadas).

En fin. Me retiro por que mañana tengo que ir a la oficina. Tengo pendientes con Servlets y rollos estadisticos. Ah y prácticas con ettercap jaja.

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